Departamento de Lengua Castellana y Literatura

Información y comentarios del Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES La Jarcia de Puerto Real-Cádiz (España)

13 enero 2007

Por la PAZ, por la LIBERTAD, CONTRA EL TERRORISMO

Por la PAZ, por la LIBERTAD, CONTRA EL TERRORISMO. Aquí también. Homenaje a las víctimas, que somos todos. De Miguel Hernández, "Vientos del pueblo":


"Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.


Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpago,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas:
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas."

2 Comentarios:

Blogger Julio dijo...

Ahí queda.

15 enero, 2007 23:57  
Blogger Rosemary dijo...

Miguel Hernández, de no haber muerto a tiempo en una cárcel sería hoy, supongo, académico de la RAE–, habría mejorado mucho su "Vientos del pueblo" si hubiera tenido la decencia lingüística de escribirlo según lo que exigen el Instituto de la Mujer, las feministas galopantes, el Gobierno español, la Junta de Andalucía entre otras muchas juntas, y sus brillantes asesores filólogos y filólogas.
Quod erat demostrandum:

«Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta.

Los bueyes y las bueyas doblan la frente, impotentemente mansa, delante de los castigos: los leones y las leonas la levantan y al mismo tiempo castigan con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes y bueyas, que soy de un pueblo que embargan yacimientos de leones y leonas, desfiladeros de águilas y águilos y cordilleras de toros y vacas con el orgullo en el asta.

Nunca medraron los bueyes y bueyas en los páramos de España. ¿Quién habló de echar un yugo sobre el cuello de esta raza?¿Quién ha puesto al huracán jamás ni yugos ni trabas, ni quién al rayo detuvo prisionero en una jaula?.

Asturianos y asturianas de braveza,vascos y vascas de piedra blindada, valencianos y valencianas de alegría y castellanos y castellanas de alma, labrados y labradas como la tierra y airosos y airosas como las alas; andaluces y andaluzas de relámpagos, nacidos y nacidas entre guitarras y forjados y forjadas en los yunques torrenciales de las lágrimas; extremeños y extremeñas de centeno, gallegos y gallegas de lluvia y calma, catalanes y catalanas de firmeza, aragoneses y aragonesas de casta, murcianos y murcianas de dinamita frutalmente propagada, leoneses, leonesas, navarros, navarras, dueños y dueñas del hambre, el sudor y el hacha, reyes y reinas de la minería, señores y señoras de la labranza.

Hombres y mujeres que entre las raíces, como raíces gallardas, vais de la vida a la muerte, vais de la nada a la nada: yugos os quieren poner gentes y gentas de la hierba mala, yugos que habéis de dejar rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes y bueyas está despuntando el alba. Los bueyes y bueyas mueren vestidos y vestidas de humildad y olor de cuadra: las águilas y los águilos, los leones y leonas y los toros y las vacas de arrogancia, y detrás de ellos, el cielo ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes y bueyas tiene pequeña la cara, la del animal varón, hembra u homosexual toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta. Muerto o muerta y veinte veces muerto o muerta, la boca contra la grama, tendré apretados los dientes y decidida la barba y las cejas depiladas o sin depilar.

Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores y ruiseñoras que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas».
Arturo Pérez Reverte.

18 enero, 2007 22:10  

Publicar un comentario

<< Home